VINOTECA DE RECUERDOS PERSONAL
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Hoy
queremos contaros hasta donde llega nuestro frikismo, y para ello, os
vamos a enseñar nuestro Libro del Vino. Un Libro donde, reflejamos todas nuestras aventuras con el vino y nuestras opiniones más locas
acerca de ellos.
La
idea, esta basada en una visita de Macarena a Madrid años atrás.
Donde en una tienda de vinos de la capital, un adorable “Amante del
vino”, le asesoro sobre sus vinos mediante unas antiguas libretas. En ellas, guardaba la etiqueta de los vinos que había desgustado y su correspondiente
opinión. Perfectamente clasificados, por añada y
región, había clasificado durante años, las etiquetas de todos los
vinos que había consumido. Unos ejemplares con un valor
personal increible.
Esta
idea, se le quedo grabada en la retina y en la memoria a Macarena.
Así fue, cuando en 2013, en los inicios de nuestra relación, donde
bebíamos y bebíamos vino, Maka compartió esta anécdota y
decidimos hacerla realidad en nuestras vidas.
Ese
mismo año, comenzamos a anotar nuestras catas personales sobre
aquellos vinos que nos bebíamos. En una libreta comprada en una
tienda de cuero de Londres, muy acorde con la iniciativa (Candem Town). Y lo
más romántico de todo, es que la idea, no se quedo en el aire, sino que día
tras días fuimos incorporando más y más vinos.
Todo
comenzó con catas muy divertidas, ya que no eramos ni somos
profesionales, pero siempre desde la diversión.
En el, pegamos la etiqueta correspondiente con su fecha de consumo, lugar de compra o persona que nos la ha regalado (muchos casos).
Si conocemos el Precio lo añadimos, ya que, la puntuación, se basa en la Calidad-Precio.
A continuación, hacemos nuestra cata personal, en orden, Color-Olor-Sabor y por ultimo le damos una puntuación, todos aquellos que hemos tenido la oportunidad de probarlo.
Es una manera de ampliar nuestra memoria retentiva, de conocer mejor nuestras habilidades olfativas y gustativas. Es decir, ponerle nombre a muchas cosas de las que no somos conscientes.
Una valioso biblioteca vitícola personal. Ya que, con estas etiquetas, no sólo se refleja el vino y la
cata...sino que queda anotado el lugar, persona, tiempo, es decir, el
momento en el que degustamos ese vino. Lo cual, quedará grabado en
la memoria,y con un simple vistazo podemos transportarnos a ese
momento.
Una idea, que animamos a realizar a todos aquellos amantes de particularidades, que una vez consumidas se vuelven efimeras y permanecen en nuestro recuerdo. Pero cuando son tantas, una fotografía ayudara a recordar ese sabor, ese olor y ese momento compartido.
Y
es que el mejor vino, no es el más caro sino el que mejor se
comparte.
Salud🍷!
Pd: Un amigo lo hace con chorizo, asi que no hay excusas! A disvertirse!